martes, 4 de marzo de 2014

13 contra el Intermedio

"Me gustaría que en la derecha española hubiera alguien capaz de hacer un programa y burlarse de ellos así. Yo tengo envidia, me gustaría que la derecha supiera hacer lo mismo en materia de propaganda y agitación como hacen ellos"



EL HUMOR: Nunca se deberían enfrentar unos tertulianos de un debate serio (tenga el tono que tenga y de tendencia cualesquiera) a un programa de humor (te haga gracia o no). El posicionamiento satírico del intermedio  le permite una cómoda situación en la que con buen humor se puede decir casi todo. Cuando el discurso llega a la audiencia percibe cachondeo, los primeros en incluir puyas sobre el programa son ellos “Wyoming es el único presentador despedido de casi  todos los canales de España”. El espectador se encuentra así con un tipo que incluso se mofa de sí mismo. El colmo de los colmos del humor…

EL CONCEPTO DE GÉNERO: ¿Puede un tertuliano o varios luchar contra una falange bien formada de periodista + guionista + documentalista +editor + editor jefe? Va a ser que no. Cuando la grabación de un programa como la Marimorena se visiona a primera hora de la mañana en El intermedio, el documentalista ya sabe qué tiene que buscar, propone los cortes a un redactor que inmediatamente dispone al periodista y al documentalista a respaldar una información que debe ser rebatida/machacada, con todo eso el guionista saca una pieza para la presentadora seria y un chascarrillo para el conductor del programa. Si no puedes rebatir la noticia rebates al mensajero.

EL GUIÓN CONTRA LA OPINIÓN: En el Intermedio todos van a una. NO es una tertulia. El guión lo supervisa un director. Así pues, sin disonancias, se estructura un discurso que apela al logos y al pathos del espectador de forma creciente, todo ello aderezado con el ego del presentador que no es más que un simple actor.

El ESTILO DE COMUNICACIÓN: Si un tertuliano dice de una señora “zorra y cerda” queda muy animal, valga la redundancia, pero si dice “Doña Tal atenta contra la libertad de las familias para decidir cómo debe ser la educación sexual de sus hijos”. Vale, es más largo, pero ¿no cala más y es menos agresivo? Y además apelamos a la lógica y no al sentimiento…

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